martes, 5 de abril de 2016

306

Era ya bien entrada la noche cuando el botones del Oscar Deluxe pudo acomodarme en mi habitación. 
Aquella habitación oscura y vacía susurraba recuerdos de tiempo mejores. Yo cansado por el viaje me dirigí a la cama, amablemente le indiqué al botones que dejara la maleta a cualquier lado de la habitación. Sentado al borde de la cama, me dio por no querer pensar en nada, tanto me dio por no pensar que me quedé dormido.

Al despertarme pude fijar mi atención en el minibar de la habitación, dispuesto a montarme una fiesta personal cogí una de las botellas (sin ningún tipo preselección). Pude darme cuenta de que no había hielo en la habitación, decidí salir a por él. 

Fue al salir, cuando puede ver la figura de una mujer que pasaba delante de mi puerta. Me quedé por un rato mirándola, hasta se que su sombra se fundía entres las otras sombras de aquel angosto pasillo.


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